Cisne negro: El problema del pavo, Acción de Gracias y el conocimiento inductivo
Los humanos nos empeñamos en investigar las cosas ya sabidas, olvidándonos de lo que desconocemos.
Pensemos en la experiencia de un pavo, puede que su conocimiento del pasado, además de no tener ningún valor, puede tener un valor negativo. El animal aprendió de la observación, como a todos se nos dice que hagamos. Su confianza aumenta a medida que día a día, le alimentaban y cada vez se sentía más seguro, pese a que el sacrificio es cada vez más inminente. El sentimiento de seguridad alcanzó el punto máximo cuando el riesgo era mayor…. El pavo, desde que nace, día a día va viendo cómo le alimentan y va creciendo, aumentando su confianza y seguridad en el futuro. Sin embargo, cuanto más seguro se va encontrando, más cerca está de llevarse una sorpresa en la noche de Acción de Gracias…
Algo ha funcionado en el pasado, hasta que… inesperadamente, deja de funcionar.
¿Cómo podemos conocer el futuro teniendo en cuenta nuestro conocimiento del pasado; o de forma más general, cómo podemos entender las propiedades de lo desconocido (infinito) basándonos en lo conocido (finito)?
Esta forma de razonar, llamada inducción, tiene un claro problema como hemos visto en el pavo. David Hume lo explicó ya en su Investigación sobre el entendimiento humano, publicado en 1748. Nuestra mente está muy orientada a buscar confirmaciones de patrones y sacar conclusiones, pero no nos es tan obvia la facilidad con que se pueden producir excepciones que echen por tierra toda la observación previa.
Karl Popper (1902-1994) supo ver claramente este problema. En La lógica de la investigación científica, publicado en 1935, apunta que no podemos demostrar si una hipótesis es verdadera mediante la inducción. ¿Cuántos cisnes blancos bastan para corroborar una conjetura? ¿Realmente existe un número con el que podamos estar 100% seguros? en sus propias palabras, “las teorías no son nunca verificables empíricamente”.
La filosofía de Popper, se basa en utilizar precisamente el sistema opuesto. Es decir, si puede demostrarse que usando datos empíricos una afirmación es falsa. Por ejemplo, todos los cisnes son blancos es una proposición científica porque podemos encontrar un cisne negro que la refute.
La ciencia debe proponer este tipo de hipótesis y hacer todo lo posible por refutarlas, no por confirmarlas. Cuando una conjetura falla, nos permite darnos cuenta de que estábamos usando una hipótesis es falsa y así, la ciencia puede seguir así evolucionando con nuevas teorías que ofrezcan una mejor explicación o más completa.
Es uno de los grandes problemas que nos plantea Nassim Taleb en El Cisne negro
¿Qué es un cisne negro? Para empezar, es un suceso improbable, sus consecuencias son importantes y todas las explicaciones que se puedan ofrecer a posteriori no tienen en cuenta el azar y sólo buscan encajar lo imprevisible en un modelo perfecto.
Algunos ejemplos son el éxito de Google (no tienen por qué ser negativos) o 11-S, son “cisnes negros”.
Para Nassim Nicholas Taleb, los cisnes negros son parte integrante de nuestro mundo, desde el auge de las religiones hasta los acontecimientos de nuestra vida personal. ¿Por qué no podemos identificar este fenómeno hasta que ya ha sucedido?
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